¿Posee la
enseñanza de Krishnamurti un método de estudio?
A mi modo de ver no creo que exista un método para entender a
Krishnamurti. Las razones son las siguientes:
Cuando
tenemos miedo ¿seguimos un método para salir de él? ¿De qué manera podemos solucionar
el miedo?
K nos insta
a observar el miedo y en la observación no hay caminos, no hay medios. La
observación directa hacia nuestra psiquis es una conexión lograda con el Ego
Superior. Esa conexión si bien esta realizada por intermedio de los átomos
permanentes de cada cuerpo sutil, se logra gracias a la fuerza akashica que
existe en cada uno de ellos. Esta fuerza es inespacial y atemporal, por lo
tanto cuando nos hacemos uno con ella estamos negando toda dirección y todo
sentido.
Por lo tanto
del miedo sólo podemos salir observándolo y entendiéndolo. No hay métodos para
solucionar el miedo, no hay caminos. Los métodos de estudio sólo sirven para
organizar conceptos, en esa organización se les da un orden a las ideas, se
colocan de menor a mayor importancia para lograr los escalones hacia la
iluminación.
Pero la
iluminación es una cosa muy distinta, no sucede cuando nos destinamos o nos
colocamos en una posición, cuando nos preparamos y cuando elegimos un tipo de
marcha hacia algún lugar. Nada de eso nos trae la iluminación. Si no nos damos
cuenta de qué cosas son las que interceden entre la luz y nosotros es inútil
comenzar cualquier camino.
Si yo dijera
que a Krishnamurti se lo puede empezar a estudiar por aquí o por allá, estaría
negando la propia enseñanza de K.
A
Krishnamurti se le llega a través de dolor y el dolor tiene sus propios caminos
ocultos que la mente no puede comprender.
“Necesitamos una mente nueva, fresca, un
nuevo corazón, una mente inocente, joven, decisiva; y para tener una mente así,
tiene que haber destrucción; tiene que haber una creación que siempre es nueva”
[1]
¿Afrontaremos
la destrucción de nosotros mismos mediante un método de estudio? ¿Es posible
que sigamos empeñados en generar un orden externo mediante una mente desordenada?
Debemos
desechar, cambiar, transformar nuestra mente. Pero instantáneamente surge la
pregunta capital ¡¿Cómo?!
Krishnamurti
nos viene a destruir el CÓMO, su
enseñanza destruye esa pregunta, no hay maneras de entender qué nos sucede, no
hay formas para captar lo que nos sucede, sólo puede haber una total entrega al
dolor y un ¡no negar la incertidumbre!
Krishnamurti
nos ayuda a mantener viva la incertidumbre, ¿Por qué? Como humanidad estamos
acostumbrados a solucionar los problemas, ya no es importante ni siquiera
preguntarse porqué surgieron, lo importante es solucionarlos y cada vez más
rápido. Los problemas molestan, pero el ser humano no entiende que cuanto antes
solucione un problema más temprano llegara el próximo. ¿Qué hacer entonces?
Dejar que el
problema se solucione a sí mismo, dejar que el problema carcoma la mente, dejar que el problema la mate y la destruya,
¿Por qué? ¿no es acaso esto lo más insensato que pueda proponerse? No, no lo
es, al contrario, el problema es el único que puede des-estructurar a la mente
y mientras la mente se resista a él no habrá lugar a la transformación.
El problema,
que aparentemente nos viene desde afuera, no es sino una energía atraída desde
adentro, formulada y creada por nuestras falencias. Cuando el problema llega a
nosotros atraído por nuestros propios pensamientos, queremos solucionarlo,
exterminarlo a cualquier costo sin advertir que ese problema necesita llegar
hasta el fondo mismo donde fue creado, el problema necesita llegar a destino,
necesita cumplir su función que es eliminar al centro emanador del problema. Si
esto no sucede, debido a que la mente ha recurrido a la tan acostumbrada
formula de la evasión, entonces el problema como si fuese una ola detenida en
el tiempo, comienza a cristalizarse alrededor del ser y el aura empieza a tomar
tintes oscuros ya que ella misma está siendo de barrera que no permite que el
problema llegue a su verdadero destino, el cerebro.
En síntesis,
el cerebro, fuente emanadora de problemas, necesita recibir lo que envió,
necesita “ver” aquello que generó y de esta forma logra desestructurarse,
des-ordenarse.
Resulta que
el tan llamado ORDEN que los seres humanos conocen no es sino un gran DESORDEN
para el cosmos. En Isaías 55: 8 encontramos: “Porque mis pensamientos no son
vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos dice el Señor”. No se ha visto jamás en la tierra una flor
que tenga forma de rascacielos, ni a un insecto con forma de avión, ni a un
mamífero o cualquier otro animal con forma de automóvil. Las formas que los
humanos crean con sus cálculos y estudios, son contrarias al orden natural. Por
lo tanto si uno atiende a las formas que los seres humanos crean, entenderá que
la mente está estructurada de tal manera que es anti-natural. La
desestructuración de la mente humana es necesaria para que ella pueda generar
formas armónicas y en concordancia con las leyes Divinas.
Ahora bien,
¿puede un método de estudio brindarme aquella desestructuración? ¿No es acaso
la utilización de un método el seguir reafirmando ese ORDEN ANTINATURAL? Supongamos
que sigo un método de estudio para comprender a Krishnamurti, podría
preguntarse ¿es a K a quien debo comprender o a mí mismo? Porque si es a mí
mismo entonces K no tiene importancia y no necesito llegar a él sino a mí
mismo. Pero muchos pueden argüir que no comprenden a K y que por ello necesitan
un método. La recomendación de mi parte es que lean a otro. A k no se lo aborda
indirectamente, si la enseñanza de K no cala hondo dentro de uno, no hace mella
en lo profundo del alma entonces es porque no es para uno, no hay más que eso.
Hay cosas
que no son para todos, y así como hay muchos que no comprenden la Teosofía por más
explicaciones que se les dé, habrá un sinfín de seres que no comprendan jamás
en esta vida a Krishnamurti simplemente porque la fuerza del dolor no les ha
abierto el alma para entenderlo.
Yo les
recomiendo a aquellos que sí lo entendieron que no se rebajen a hacer
demasiadas explicaciones de lo que es la enseñanza de K, es decir, que no
realicen métodos de enseñanza de la enseñanza de K para aquellos que no lo
entienden. Recuerden en todo caso que hay enseñanzas que no son para que la
mayoría las entienda, veamos lo que dice Isaías:
“Yo oí la voz del Señor que
decía:
"¿A quién enviaré y quién
irá por nosotros?"
Yo respondí: "¡Aquí estoy:
envíame!"
"Ve, me dijo; tú dirás a
este pueblo:
Escuchen,
sí, pero sin entender;
miren bien,
pero sin comprender
Embota el
corazón de este pueblo,
endurece sus
oídos y cierra sus ojos,
no sea que vea con sus ojos
y oiga con sus oídos,
que su corazón comprenda
y que se convierta y sane"
Yo dije: "¿Hasta cuándo, Señor?" Él respondió:
"Hasta
que las ciudades queden devastadas, sin habitantes,
hasta que
las casas estén sin un hombre
y el suelo
devastado sea una desolación.
El Señor alejará a los hombres
y será grande el abandono en
medio del país.
Y si queda una décima parte,
ella, a su vez, será destruida.
Como el terebinto y la encina
que, al ser abatidos, conservan
su tronco talado,
así ese tronco es una semilla
santa"[2]
Necesitamos
entender que estamos desordenados y nuestros métodos son hijos de ese desorden.
Hasta tanto no entendamos eso seguiremos construyendo sobre arena. Krishnamurti
no hablo para generar nada nuevo sino para destruir lo viejo. “El amor es destrucción” afirma en su
diario íntimo y en cada charla enfatiza el poder que debemos darle a la
consumación de las cosas, al término de este camino que hemos hecho como
humanidad.
Una de las
principales formas de entender su mensaje es descubriendo dentro de nosotros la
verdad, entonces él se convierte en un reflejo de esa verdad. Si queremos
encapsular a ese reflejo, si queremos sistematizarlo caeremos en la estupidez
de negar las variadísimas realidades
internas de cada uno. ¿Qué método seguiremos para entender a Krishnamurti que
no esté en pugna con la forma de ver de tantos seres que quieren despertar
viendo la realidad de un modo diferente cada uno? Si la verdad es una tierra
sin caminos no existe una forma, un camino, un método o lo que fuere que nos
ayude a comprender a K, porque la única llave que nos ayuda a comprender a K es
la aceptación de nuestro propio dolor. Si el lector toma cualquier libro de K y
lo abre en cualquier hoja entenderá lo escrito de acuerdo al dolor que haya
aceptado dentro de él. ¿No será esa la señal que demuestre lo innecesario que
puede ser cualquier método, cuando la experiencia nos demuestra que es la
propia fuerza interna la que abre el camino al entendimiento, alejada de
cualquier sistema de enseñanza?
Lo que sí
podemos hacer, es utilizar sus afirmaciones, sus discernimientos y sus
cuestionamientos para generar nuestras propias ideas, nuestros propios
análisis, nuestras propias síntesis, nuestra propia realidad. De esta forma
estaremos entendiendo el mensaje de K, porque al ser creativos le daremos vida
a su enseñanza.
Pero si
queremos enseñarle a otro cómo debe estudiar a K estaremos cometiendo un
gravísimo error. Porque la enseñanza de K no tiene niveles ni prioridades.
Krishnamurti no prioriza un tema por sobre otro, no atiende más al tema de la
AUTORIDAD que al tema del MIEDO, no prioriza al tema del DESEO por sobre el del
ABURRIMIENTO.
Las flechas
de Krishnamurti atacan en todo sentido desde un centro único, cada cual debe
ser herido por la que le corresponda desde el lugar donde lo mire. Y de la
misma forma que no se puede canalizar al sol sin perder millones de rayos, si
intentamos hacerlo con la enseñanza de K negaremos gran parte de su
discernimiento.
Nathan Elias Olivar
NOTAS
[1]. Krishnamurti.
El Estado Creativo de la Mente. Cap. XX
[2]. Isaías
Cap. 6